Belgrado, la ciudad blanca innova.

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La inspiración de emprendedores amigos. Coolhunting Belgrado.

Belgrado, Beograd / Беoград, traducido literalmente “La cuidad blanca”, es la capital de Serbia. Con sus aproximada 1,5 millones de habitantes que habitan en el cruce del río Sava y Danubio, representan no sólo una fantástica oportunidad para conocer la historia medieval, contemporánea y reciente sino también una única posibilidad para conocer a audaces emprendedores y la cultura de innovación empresarial en auge.

Una ciudad que nunca duerme ya que la vida es demasiado corta para dejar de hacer, desarrollar nuevos conceptos y presentar al mundo un modo de vida basado en el famoso lema belgradiense: “Nema problema (no hay problema)”.

No se sabe, si es porque la gente está ya desde hace generaciones acostumbrada a encontrar soluciones en situaciones difíciles, tanto políticas como socio-económicas, o porque la posición geográfica en medio de los caminos que cruzan los Balcanes les inspiraron a ver diferentes maneras de hacer las cosas como una posibilidad de conectar varias culturas. Lo que está claro, es que poseen un motor único para emprender e innovar.

 

Las personas venden.

Tanto en Belgrade Design District / Čumićevo Sokače, un pequeño centro comercial al aire libre para diseño y arte, único en su especie, como en el mercado central de Zeleni Venac, se encuentran emprendedores que supieron llegar a diferentes tipos de consumidor, en un único espacio reducido. Desde la entrada uno se siente inspirado y también animado a conocer no sólo los productos ofrecidos sino también a la historia de estas personas que tuvieron la valentía de emprender, innovar y usar todo su talento para crear un negocio que apunta al mercado local como al global, teniendo en cuenta las últimas tendencias sin perder su autenticidad.

Casi todos los negocios son atendidos por los propietarios, y si no se encuentran en la tienda, seguramente están a la vuelta de la esquina fumando y tomando café. Los dueños son amables, interesantes, inspiradores, inteligentes y la mayoría incluso poliglotas, encantados de contar su historia de cómo comenzaron y desarrollaron sus ideas. Finalmente la compra se da con tanta naturaleza y espontaneidad que queda confirmada la máxima de que para la labor de venta es esencial una persona que vende.

La libertad de desconceptualizar

¿Alguna vez el hotel le ha servido el desayuno buffet en una discoteca? ¿Le han traído un café instantáneo decorado con pajita, sombrillita, espuma y hasta un corazoncito dibujado encima? ¿Se ha tomado una cerveza inspirada en una tortuga? O ¿Se ha sentado en un aérea interior de fumadores que no huele a humo? Pues, cuando hayas vivido todo esto en un sólo día sentirás lo que es la libertad de desconceptualizar, la libertad de crear experiencias con conceptos que pensábamos que estaban ya más que definidos y rediseñarlos aunque el único objetivo sea sorprender, innovar, divertirse y enseñar al mundo de que sí, otra manera de ver las cosas, es posible.

Aunque la oferta cultural de numerosos teatros, museos y exposiciones no tiene envidia a ninguna otra capital europea, las creaciones de las personas «no artísticas» se muestra sin gran presentación o introducción, simplemente para que la gente lo pueda disfrutar, alegrarse e inspirarse en la libertad cotidiana que siempre nos rodea pero que muchas veces nos olvidamos de observar y sentir.

En cada esquina se siente un enorme respiro de libertad que alivia e impulsa la creatividad de uno mismo con ganas de multiplicarlo con las personas que le rodean. De ahí, seguramente que hay tantas calles decoradas con Street Art y Graffitis que conforman más que un ambiente surrealista, un sueño hecho realidad que anima a despertarse y a crear su propia realidad que merece ser desconceptualizada.

La hospitalidad balcánica: El peligro de no querer irse

Más allá de las delicias de la cocina serbia, una mezcla de diferentes culturas culinarias, entre las cuales también se encuentra muy presente todavía la Cocina Otomana, una de las más antiguas del mundo, se ofrece también una amplia gama de comida rápida, habitualmente abierta 24 horas al día y con un coste que seguro se adapta a cualquier bolsillo.

 

Sorprende la cantidad de personas que van caminando y comiendo por calle, Ćevapi, Pljeskavica, Bela Vešalica, Bečka Šnicla, Palačinke o simplemente un trozo de pizza o unas palomitas. Es imposible resistirse mientras se visita la cuidad acudir a alguno de los puestos de comida, calentarse los dedos en el pan Lepinja antes de chupárselos de alguna de las salsas deliciosas que lo acompañan. Estas pueden ser picantes, agrias o acidas como la mostaza, aunque especialmente recomendaríamos alguna de las salsas de yogur, de sabor neutral y especialmente pensadas para aumentar el aroma de la carne. Para beber, siempre se ofrecen refrescos y diferentes tipos de cervezas.

Las cervezas artesanales están en auge en Belgrado, y existen numerosas marcas y maestros cerveceros que asombran con sus creaciones, sin embargo las comerciales tampoco deben caer en el olvido, ya que pueden ser el complemento perfecto para la experiencia de la comida rápida belgradiense.

A partir del mediodía hasta la madrugada hay muchos restaurantes que invitan a quedarse después de la comida y charlar con amigos o desconocidos mientras se toma Rakija, un licor de alto porcentaje de alcohol hecho de fruta. Destaca el tradicional Šljivovica, hecho de ciruela, que muchos serbios destilan en casa y muchos propietarios de restaurante guardan debajo de la barra para amigos y queridos clientes. Normalmente es suficiente con contar un poco de donde uno viene y que le trajo a Belgrado  para despertar la curiosidad del anfitrión y dejarse envolver en charlas amistosas, anécdotas e historias de la vida. Vasito a vasito de Rakija, se van creando amistades más profundas de las cuales suelen perdurar.

A qué hora uno debe irse, es a decisión de cada quien, sin embargo según como van pasando las horas, entra el sentimiento de querer quedarse y seguir disfrutando de la hospitalidad de la Cuidad Blanca.

Belgrado, un abrazo, tres besos, nos vemos pronto. ¡Vidimo se uskoro!

 

TRENDSform ha visitado Belgrado en Octubre de 2017, desarrollando análisis de la cultura y coolhunting para negocios. Nos hemos quedado enamorados de la cuidad, de las personas, de las tendencias y de la inspiración que emite este magnífico entorno. Volveremos en primavera.

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