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La creatividad, es un pilar, si no el pilar más importante para la innovación. No es novedad que contar con equipos más creativos tiene consecuencias positivas en el entorno de trabajo y para el logro de objetivos.

Sabiendo todo esto, viendo el mundo en constante transformación, es cuando buscamos la creatividad donde podamos… y la noticia, es que invariablemente se encuentra ya presente en cada empresa, sin importar el sector. Esta en el talento de tu empresa y en tus equipos.

Si volteaste los ojos y no me crees, te entiendo. Posiblemente ves a tu alrededor y piensas – Mi sector nada tiene que ver con la creatividad. O – ¡Qué va! Ninguno del equipo es creativo.

Y es que existen tantos estereotipos de la creatividad y la “personalidad creativa” que simplemente limitan al pensar que tu equipo, en tu ramo, haciendo ciertas actividades, está lejos de tener potencial para crear.

La realidad es que la creatividad no es algo que algunas personas las tienen y otras no. Todos somos y en nuestros contextos y escenarios, todos y absolutamente todos, hemos expresado nuestra creatividad de alguna forma.

Esto quiere decir, que tu tienes energía creativa, tu equipo también, por lo tanto, la empresa tiene potencial creativo, aunque en este momento no tenga los canales adecuados.

Para cultivar la creatividad en equipos de trabajo, el primer paso antes de darte algunas claves es saber que no se trata de “convertir” a las personas en personas creativas. Ni tampoco, comenzar a buscar nuevos perfiles más creativos y seguir con los mismos escenarios y sistemas poco creativos en la empresa. Cultivar la creatividad significa aceptar y dar el espacio para que las personas puedan explorar sus formas creativas, se sientan bienvenidos a tener y expresar sus ideas y puntos de vista. No se trata de cambiar a las personas, se trata de impulsar y dar espacios.

 

¿Cómo cultivar la creatividad en equipos de trabajo? 5 claves.

 

Lo primero. Abrir espacios para la creatividad en la empresa.

Para cultivar la creatividad en los equipos y en un entorno empresarial, no primero es generar una atmósfera que sea receptiva para las nuevas ideas, la experimentación y la toma de decisiones colaborativa.

No se trata de construir un espacio físico (si lo hacen, estupendo) se trata de generar un ambiente donde las personas se sientan cómodas para proponer. Para esto, el crear espacios libres de juicio, canales de apoyo y libertad para comunicar y no solo escuchar, son vitales para comenzar esta construcción hacia la creatividad personal y colaborativa.

Si una persona se siente bien y animada a compartir ideas y nuevas perspectivas o formas de ver las cosas, es toda una reacción en cadena. Porque una persona que descubre su creatividad es contagiosa.

 

Empatía de adentro hacia afuera.

Sabemos que la base para una innovación continua y sustentable es la que se centra en las personas. Pensamos directamente en el consumidor o nuestros clientes, pero esto también incluye a todas las personas involucradas en la cadena de valor.

Parte importante de la creación de espacios abiertos a la creatividad se vincula directamente a los valores y cultura de la amabilidad de la empresa. Cuando abrazamos la diversidad de pensamiento y de formas de vida, cuando dejamos de catalogar a las personas para encajarlas en estereotipos o colocarle etiquetas, estos elementos permiten a cada persona ser y cuando las personas son, la creatividad es parte de cada uno de nosotros.

La inclusión y la diversidad son elementos vitales para generar una cultura hacia la creatividad y la innovación. Pensemos en que la innovación es un proceso empático, que no solo incluye “ponernos en los zapatos” del consumidor. Para desarrollarlo de forma genuina, debe de conectarse desde la realidad de la empresa y su propósito para transmitirlo a sus productos, servicios y experiencias. La empatía va de adentro hacia afuera, esto es lo que hace que la innovación tenga profundidad, forma y congruencia.

 

Líderes con nuevo vocabulario hacia las posibilidades: Dejar el “no se puede” por el “¿Cómo lo haremos?”

Se que el estrés conlleva a pensar que debemos de ser muy prácticos en nuestra toma de decisiones. Ser objetivos, puntuales, efectivos… todo bien, pero cuidado que por editar al máximo las reuniones o la toma de decisiones, cuidado de que no nos estemos cargando las posibilidades.

Si en una reunión no permitimos el cuestionamiento, la propuesta de nuevas ideas por parte del equipo, la comunicación hacia la apertura de nuevas ideas, estamos cortando de raíz la posibilidad creativa de nuestro equipo de trabajo.

Si un miembro del equipo tiene una idea, quítate el No y prueba ¿Cómo lo hacemos? Como líderes, aunque te lleve más tiempo, abre el espacio para la propuesta, la comunicación de nuevas ideas y el tiempo… si el tiempo (aquel que nunca hay suficiente, pero créeme que lo vale).

 

Cultivar la confianza creativa

La confianza creativa, en mi opinión es el centro neurálgico de las posibilidades. Tanto para la innovación como para el emprendimiento, la confianza es la gasolina que nos impulsa a involucrarnos, atrevernos hacia lo nuevo y llevarlo con continuidad. La humildad para escuchar y la apertura para proponer, generan un ambiente de confianza.

Posiblemente abrir espacios para cultivar la confianza creativa necesite de seguimientos y espacios para procesar las ideas. Pensemos que las buenas ideas son un excelente inicio, pero todo nuevo emprendimiento necesita de asimilación y de procesamiento. Si se propone una idea o si generamos espacios para la creación de ideas de forma colaborativa, asegurémonos de darle seguimientos, fomentando la experimentación, la exploración y la dedicación para su desarrollo y maduración. Ir caminando el sendero de lo nuevo paso a paso y con un acompañamiento, revitaliza continuamente la confianza individual y del equipo.

 

Aprender a hacer preguntas. Atrevernos a cuestionar nuestras formas y las suposiciones del sector.

Si puedo acotar en uno de los grandes retos que existen que vinculan la creatividad con la transformación empresarial que hemos estado experimentando últimamente es esto: la necesidad imperativa, de que como profesionales aprendamos a hacer preguntas.

Vivimos en sistemas donde hay muchas suposiciones, que las damos por sentado. El aferrarnos a lo que ya está y cómo son las cosas, esto nos hace muy resistentes al cambio.

Cuestionemos las suposiciones del sector, las suposiciones de nuestras formas de trabajo, demos espacio para dejar el “Siempre se ha hecho así” y buscar el cuestionamiento hacia “Y sí…”.

Vemos como la actualidad nos muestra que ante nuevas preguntas y el desafío del status quo, muchos desarrollos tecnológicos y de formas de trabajo que pensamos que eran imposibles hoy comienzan a cambiarnos para siempre.

 

Cuestionar abre posibilidades,

las posibilidades producen ideas,

las ideas bien trabajadas producen innovación,

la innovación como forma de pensamiento,

se vuelve parte de nuestra estructura empresarial.

 

La creatividad en equipos de trabajo requiere espacio, espacio para pensar, comunicar, proponer, experimentar, cuestionar. Cultivar la creatividad en equipos de trabajo involucra una cultura de valores en favor de la expresión y la aceptación de cada uno de los miembros que la componen. La creatividad es una cualidad innata dentro de cada uno, pero en algunos más u otros menos, esta escondida dentro de estereotipos y falsas creencias. La buena noticia, es que cada talento es creativo, y si le damos el espacio es perfectamente posible que todos los equipos cuenten con la creatividad como parte de su forma de trabajo y las personas como parte de su vida.